Pues señores, mientras ustedes
están preocupados por el Parlament y sus decisiones , aquí estamos nosotros
viviendo otro momento histórico que nos regala éste país de realismo mágico, la
visita del Papa Francisco.
Ha sido llegar y besar el santo,
literal, volver de vacaciones y dirigir una de esas coberturas divertidas,
complicadas e impresionantes que requieren concentración, coordinación y sobre
todo responsabilidad.
Responsabilidad porque tal y cómo
nos decían en la carrera los creyentes del periodismo, los que nos dedicamos a
éstas cosas, tenemos un no sé qué por dentro de contarle al mundo qué está
pasando y contarlo de verdad, intentando no olvidarnos de nada y hacerlo
ordenado y encima atractivo a cámara.
Así que tras treinta y seis horas
de curro a morir, viendo ya desde casa como el Papa vuelve a su camita en la
Nunciatura tras dos jornadas agotadoras en una ciudad a 2600 metros de altura
con su edad… pues una se nota el pecho palomo de haber cumplido con el deber.
Pero sobre todo, te llenas de
orgullo y satisfacción porque el Papa éste, es una pasada y lo hace fácil.
Los que me conocéis, sabéis
claramente que yo lo de la jerarquía lo llevo un poco mal, y la de la Iglesia
pues peor, pero el Papa Francisco, es un grande de la comunicación mediática,
de verdad un grandotote.
Una verdadera rock star que
calcula cada segundo a la perfección cómo actuar ante su público. Bueno,
supongo que él no calcula nada, que todo será cosa de sus asesores, pero cada
gesto, cada palabra, cada parada en una esquinita… es im-pre-sio-nan-te.
Y no te das cuenta de la eficacia
de su mensaje cuando ves a un millón y medio de personas que aguantan un
chaparrón digno del huracán Irma como si se hubieran apuntado a la mejor de las
raves de tecno mundial, todos como locos, felices, encantados, mientras un viejete calvo con el pulmón
estropeado se echa la siesta entre sermón y sermón tras una jornada agotadora a
una altura mortal para cualquier mosquito, no, en ese momento es fácil ganar
unos fieles, te das cuenta de lo estrella que es, cuando tu cámara que es más
ateo que Fernando Savater, llega flipado tras cubrir la pasada del papamóvil
por la calle 26 y hasta se le escapa un “es como un man en una nube, muy
emocionante Señora Cristina”.
El tío lanza un mensaje en cada
gesto adaptado a un país que cuando hay éste tipo de acontecimientos te das
cuenta que es un país acomplejado por una guerra que le ataca por todas partes
y que en muchas ocasiones les hace verse menos que otros países.
Es algo que me alucina mucho
desde que estoy aquí, se creen que Colombia tiene los peores políticos, los
peores sistemas educativos, las peores obras de construcción… (no sé si os
suena ese mensaje)y claro, como muchos no conocen lo que hay fuera , de verdad
lo creen y da pena, porque aunque las cosas nunca funcionan como deben
funcionar, en realidad, podría ser peor.
Pero estos dos días molan porque
sorprendentemente, más allá del mensaje que quiera dar el Papa, lo que está
enseñando este montaje mediático a los colombianos, es que “Si se puede”.
Que llevan dos días que cada
acto, ha sido celebrado a su hora, cada autoridad de turno se ha ceñido a la
oficialidad del protocolo, que no se ha roto nada, ni muerto nadie , ni nadie
ha matado a nadie y lo mejor, que se está haciendo todo a la colombiana.
Es decir, con música sonrisas y
mensajes de aparente alegría todo el rato.
Le han recibido con cumbia,
acompañado con vallenato, le han dado las buenas noches con joropo… y todo
interpretado con trajes de muchos colores por niños, viejos, personas con
discapacidad, yonkis y víctimas de todas las guerras colombianas habidas y por
haber. Pura pirotecnia audiovisual, (no sabéis que imágenes bonitas
están quedando en televisión) si, pero que a Colombia le está volviendo loca y
le impulsa en su seguridad en sí misma y
en creer que se están haciendo las cosas bien.
El caso es que este hombre está
haciendo país y eso… eso es emocionantísimo vivirlo señores.
El Papa no para de repetírselo en
modo coach a todos sus públicos, que no pierdan la alegría y que vuelen alto…
Que tiren para delante y que se dejen de rencores, venga a sonreir, abrazar y
dejar hacerse selfies….
Pero lo curioso de toda esta
orgía de viva la vida y arriba el amor de estos dos días, cuando pensábamos que
iba a ser esto un “que guapos estáis todos”, ha llegado el acto con los curas.
Curas con curas todo muy ceremonioso, brillante
y serio…. hasta que le ha tocado hablar a Bergolio y… ¡ZASCA! ha habido tirón de orejas…
Ha hablado de que se mojen con la
paz sin posicionarse ( Cabe destacar que entre los “influencers” del NO al
acuerdo con Farc, había mucho cura de televisión detrás empujando por que no se
firmara), ha hablado de que no fueran
curas de estratos altos, y que trabajaran por la igualdad, les ha soltado mil
cosas más que como estaba editando el encuentro con los jóvenes de media hora
antes, no he podido escuchar con
detenimiento, pero me he dado cuenta que en ése instante, ha sido, cuando los
que no estaban muy en la sintonía papal, han decidido tomarle como un personaje
de influencia positiva a quien respetar, como a un Obama en sus buenos tiempos
o Mandela en su apartheid, y han empezado a considerarle, como el propio Papa Francisco quiere ser recordado
“Un buen tipo”.
El caso es que el mensaje que un
personaje como éste trae a un país como Colombia en éste momento, no puede ser
más fetén , es un puro y simple “Si se puede” que tanto gritamos en la Puerta
del Sol hace unos años….
Un “sí se puede” que viene
bastante al pelo tras 48 asesinatos en
los últimos seis meses, de líderes campesinos que intentaban retomar sus campos
y comunidades y han visto como otras bandas criminales ocupaban el lugar en el
que estaban antes las Farc. Un “sí se
puede” en un país en el que nadie cree en una clase política enriquecida a base
de corrupción, un país con falta de visión comparativa positiva y en el que un
día normal, haces entrevistas a personas
que piensan que cobrar dos mil euros es muy poco cuando el salario mínimo del
país es de doscientos euros…
El caso es que está siendo
emocionantísimo, un nuevo regalo a nuestro currículum vital que está valiendo
la pena vivir.
Reconozco que las hormonas
(reglaza horrible que nunca falta cuando tienes mucho que hacer) y la euforia
ambiental, unido mi ojo morado tras el ataque gatuno, me han hecho emocionarme
en alguna ocasión … y que he llorado esta tarde, mientras empezaba a escribir, cuando he visto
una “Nieves Colombiana” diciéndole al Papa “Es usted muy bueno” a lo “Te quiero
mucho yo a ti” de la mía… AIS… SUSPIRITOS…
Ay! ¡Que me descentro! Al lío, lo
dicho, que aún quedan tres días por delante, que no podemos cantar victoria del
todo.
Mañana será la jornada más
controvertida porque se va a Villavicencio, capital de un Departamento en el
que las Farc han dado mucha guerra y el Papa ha decidido hacer un acto de
“reconciliación” que puede resultar un verdadero desastre, o un climax
apoteósico para que todos se mueran de paz y amor.