lunes, 13 de julio de 2015

La Queimada que me pillé

He pensado muy mucho si escribiros sobre mi última aventura semanal…

Pero tras compartirlo con los protagonistas de la historia y pensar que en ésta vida todo se sabe, he decidido que os puede resultar divertido leer mi última hazaña... No me juzguéis quienes queráis hacerlo ,por favor…

Todo empezó un día , en Tairona (aquel paraíso) cuando Jorge y yo pensamos que no hay nada más bonito que una queimada gallega y les contamos a los demás de que va el rollo de la Quimada….

La madre de Jorge es de Ribadavia,  de Ourense vamos, y en su casa, como en todas las aldeas de Galicia, su familia en verano, hacía queimadas en esas sobremesas que se convierten en cenas y luego en recenas…


Yo las recuerdo de cuando pasábamos los veranos con mis abuelos que el día de San Juan solo había fuego y sensaciones bonitas…

Así que cuando me vine en junio, les prometí que conseguiría aguardiente galego para poder mostrárselo.

En cuanto llegué a tierra patria puse en marcha el “aparato gallego de los chollos” que es mi tía Fer y a las 48 horas tenía en MRW de mi casa, dos botellas de aguardiente de la aldea, ilegales, sin precintar pero muy bien protegidas con papel de bolitas… Mi tía Fer es así, tú le pides algo y la tía lo consigue más barato que tú y de una manera más eficiente que tú… sea lo que sea...Aguardiente, joyas, restaurantes, ofertas… Lo que sea… una crack digna de estudio…

Total, que el viernes, nos fuimos un grupito a la terraza de Leire a cenar y hacer la queimada…

Hacía algo de frío pero como gente del norte, nada que una bufanda y abrigo no salve…

Luz tenue, amigos y risas…planazo asegurado… (solo faltaba la guitarra española…)

Yo, juiciosa, ya que estoy a régimen, me llevé mi cocacola ligth, mi pescadito a la plancha en un tuper y mis pepinillos…

No quería caer en la tentación, y eso que había ginebra buenísima que alguien había traído de San Andrés y unos platanitos fritos riquísimos…

Abrí mis pepinillos y seguimos hablando como si nada…

Alguien se empezó a hacerse un porro… un porro de marihuana colombiana que se diferencia de lo que conocemos en España en que es mucho más fuerte… Será el sol, el son o lo que sea pero eso pega un pelotazo que ni os imagináis…

Debo poneros en contexto… Hace muchos años (digamos que algunos) un día me fumé un porro de marihuana y me dio un amarillo horroroso, pero horroroso… y desde entonces la marihuana ni probarla…

Pues bien, volvamos  a la terraza de Leire…

Ahí estaban todos con sus estupendos gintonics  en vasito de plástico, con clavo, su limoncito, con tónica riquísima y yo con mi cocacola ligth juiciosa…

En el momento que la primera persona fumó, se lo pasó al siguiente, y de ese siguiente a otro amigo y luego otro… y seguimos hablando de lo divertido que habían sido unos conciertos a los que fuimos en mayo, de lo de Grecia, de la diferencia entre Vascos y Cordobeses…

Cuando la tercera persona dijo que quien fumaba,  pensé, oye pues esto no engorda, después de tanto pepinillo, voy a darme un poco, y así al menos pues algo me “emborracho”

… ¡Yo! ….

Cogí el porro y zas! Dos caladas, solo dos caladas… y seguí sentadita en mi banco con mis pepinillos, mis piernitas juntas y mi cocacola ligth.

En ese momento me di cuenta… la había liado…

Sin azúcar en el cuerpo, tensión baja, cansada y con frío…

AMARILLO de nuevo…

Inmediatamente, sin dudarlo, y sabiendo que estaba entre gente de confianza y que me iban a ayudar a pasar esa mala sensación  lo comuniqué

 – Oye chavales… que esto me ha dado malo, por favor que nadie le de importancia y se ponga a rajar de amarillos ,  pero necesito que me traigáis chocolate… -

Si, tras cuatro días de régimen en el que lo más rico había probado era la leche deslactosada con fibra, tras 5 pepinillos, aun sin cenar y antes de que se pidieran las pizzas a Dominos… Estaba suplicando chocolate…

Lo necesitaba físicamente azúcar, rico, comida y algo para que me bajara el mareillo que me estaba dando… y si,  la manera tan macarra de decirlo, fue la única que me salió en ese momento desde dentro...

Los 5 que estaban se pusieron en marcha…

Leire se bajó a buscar chocolatinas Jet (insípidas, nada que ver con nuestros chocolates...) , Patri me cambió la silla (la suya tenía respaldo) , Laura me quitó la bufanda, Jorge me vigilaba callado con mirada de padre preocupado y Victor, el andaluz, que estaba sentado frente a mí,  empezó a contarme historias de risas de sus colegas de Córdoba…


Los 4 minutos que tardó Leire en traer chocolate de la cocina se hicieron eternos… Mirando a la puerta de la terraza, yo solo pensaba en dos cosas, que la ocasión única de hacer una queimada se estaba yendo al garete por mi culpa, por tonta y que necesitaba dulce rápidamente…

Le pedí a Victor que me echara una coca-cola, sin ligth y sin nada, con gas y azuquitar para alegrarme la vida antes del chocolate….

Cogió un vaso de encima de la mesa y me sirvió hasta arriba un frío refresquito con azúcar…
Ea, poh ya thá, bebe niña…

Me lo bebí  de un trago, sabía raro, sería la coca-cola marca Carulla que es más barata… se lo dije a Victor pero no me hizo ni caso…

De repente de la puerta de la terraza salió Leire victoriosa llena de productos dulces y aun jadeando, tras subir los escalones de dos en dos,  me dio la primera chocolatina… Con los dedos temblorosos la abrí rápidamente para sentir ese dulcecito en la boca…

Con lo malo que está el chocolate Jet, me supo a bombón redondo de lindt de esos que deshacen en la boca.

Estaba mejor, pero aún se me iba un poco la cabeza… y para más inri…seguía enfadada conmigo misma por haber fumado en esas condiciones, por haber puesto en peligro nuestra noche de queimada y lo más importante, por haber violado mi régimen con lo máximo… el chocolate…

Fue en ese momento, cuando Leire se sentó y dijo… Me estaba poniendo un gin, ¿alguien ha visto el vaso que estaba aquí llenito de rico Hedrich?

Por no llorar nos dio la risa idiota a todos...
 El vaso lleno de gin era el que yo me había bajado con coca-cola , Victor en la oscuridad no se había dado cuenta y llenó la otra mitad de ése vaso de coca-cola …

¡Pues vaya confianza ciega tenía yo en el auditorio!

¡Me había bajado un gin cocacola de trago!

Jajajaja

No sabía si reír o llorar, chocolate, copazo y dos caladas de un porro…. Lamentable , mejor reír… Cual niñata…

No pude parar durante 4 minutos largos…

 ¡Qué patético!

Pasado esto, estuve un ratillo yo sola, sentada en la única silla con respaldo de la terraza, luchando conmigo misma y mi tembleque, ausente, bajo la atenta mirada de todos , que mientras hablaban, me sonreían y controlaban…

Pensando en la situación, en la patética situación… hasta que el azúcar, el aire puro y las risas de amigos me hicieron sentir mucho mejor…

Al fin y al cabo no había fumado más que un fumador pasivo en una reunión de dos horas en una casa de fumadores…  Una floja vamos…

Llegaron las pizzas y claro, ante tener que bajar las empinadas escaleras,  tener que meter en el micro el pescado y ponerme a llamar aún más la atención, me puse a comer estupenda pizza 3 quesos y tocineta… ¡A la mierda el esfuerzo de toda la semana!

Me puse como el quico… me di cuenta de que ya me encontraba bien en la tercera porción de pizza y siguiendo mi deber como ciudadana, volví a dar el parte de mi situación…

-Ey mucho mejor ¿eh?

Tras 15 minutos de digestión de pizza, le volví a cambiar el sitio a Patri… y fue entonces cuando se empezaron a reír de mi de verdad, de lo patético que había sido todo, del copazo que me había bebido afirmando que sabía raro, de la risa floja que nos había dado a todos, de la media pizza que me había comido y sobre todo, de los pepinillos y el pescado a la plancha…

El momento queimada estaba salvado, podíamos empezar todos en nuestras mejores condiciones…

Victor y Jorge bajaron a cortar limón, peras y manzanas, y a los 10 minutos estábamos todos escuchando “O Conxuro” embobados mirando ese precioso fuego azul, mientras Jorge lo iba moviendo con una sartén pequeñita de Tefal…

Brindamos con nuestros vasitos por “la tía chollista de Patiño” y por la cultura celta, un verdadero planazo.

Tras mi chupito de rigor, volví a la coca-cola, no era plan de darle más meneo a mi cuerpo por ahora…


Una noche para recordar… llena de moralejas, amistad y compañerismo que  terminó  a las 2 de la mañana bailando  y cantando canciones de reguetón malísimo con acento gallego…  enroscados en mantas, bufandas  y risas.  

3 comentarios:

  1. Todo esta en la mente, ese eleixir te dió la vida. La panacea que cuál ave fénix te hizo volver al hilo de la diversión y armonio corporal.

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  2. Todo esta en la mente, ese eleixir te dió la vida. La panacea que cuál ave fénix te hizo volver al hilo de la diversión y armonio corporal.

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