Queridos amigos de cuchara y servilleta atada al cuello para evitar lamparones en tripas y pechámenes.
Hoy, os contaré cómo hacer un caldo gallego al más puro estilo bogotano, combinando la tradición de la cocina gallega, que corre por mis venas, con la vida moderna en la que nos hallamos en éste 2018.
Antes de empezar, reconocer, que ha sido mi primera vez y que como todas las primeras veces, estaba verdaderamente expectante ante el sabor del preparado, puesto que no era una primera vez sin más…
Ésta primera vez, era una prueba vital, un antes y un después para cualquier gallega que se precie y que ve cuestionado por medio mundo, su lugar de procedencia y raíces celtas.
Ha sido, después de darme cuenta que mi amor por el Carnaval tenía su explicación por algo heredado el día que mi madre me parió en el Hospital Universitario Infanta Elena de la capital ourensana , una evidencia más de que si, lo llevo además de en mis apellidos, en el ADN.
Está mal que yo lo diga, pero señores, con éste caldo… he triunfado de verdad.
Pero no os preocupéis, todos aquellos lectores que queréis aventuraros a hacer una receta de caldo gallego a la bogotana, a pesar de no ser sencillo y no tener la suerte de llevarlo en el ADN, si seguís las instrucciones al pie de la letra, tal vez pueda quedar la mitad de bueno que me quedó a mi. (jajaja)
Los ingredientes necesarios para hacer ésta receta son:
- Medio kilo de pesadez pidiéndole a los Reyes un kit de Caldo Gallego para traer al otro lado del mundo.
- Cuarto y mitad de conexión a internet en una Tablet (da igual si es Ipad o Sistema Android) . Es importante que la Tablet tenga una carcasa o sistema para que se aguante sola delante de los fuegos pero que no dificulte el manejo de la misma mientras estás en el “trono” para poder observar con detenimiento la pantalla.
- 400 gramos de aplicación de Youtube para Tablet.
- 200 gramos de Smartphone con whatsapp (yo lo hice con Android, pero para los pijos de Apple creo que también sirve)
- Un ramillete de grupo familiar de whatsapp en el que se hable desde tíos buenazos imitando a Reyes Magos hasta soluciones básicas para quitar piojos o bien paquetes que llegan a Barcelona o enfermedades degenerativas.
- Una gran cantidad de abuelo y abuela incondicionales y excelentes (de esos que una no se merece) , que además estén pendientes de whattsap, sean capaces de coger videollamadas aun de camino al Castillo de San Felipe en el coche.
- 50 kg de prima maravillosa que le pida a los Reyes, atendiendo a tu carta y con una dedicación y entrega que sólo ella puede poner; un kit de Caldo Gallego al vacío con todo lo necesario para poder viajar y cruzarte el Atlántico sin que los chorizos frescos huelan ni una pizquita. (Éste ingrediente es bastante caro, pero merece la pena tenerlo)
- 6 amigos intrépidos que quieran probar tu invento.
- Una pizquita de suerte para que Migración Colombia no te pare metiendo productos cárnicos frescos en el país
- Y por supuesto, todos los elementos e ingredientes básicos de un caldo gallego típico que podeis encontrarlos en cualquier lista de internet con facilidad.
- Como ingrediente opcional, yo le puse al terminar una o dos menciones en Instagram y Facebook, pero ya os digo, esto es el típico toque de Chef, como el perejil de Arguiñano.
Tiempo de preparación: Una semana (en el fuego 3 horas debido a la altura de Bogotá).
Modo de preparación:
Comenzaremos dando la tabarra en diferentes grupos de familiares de Whatsapp unos seis días antes de la fecha prevista, pidiendo trucos, consejos y realizando preguntas que aunque intuyas la respuesta, es mejor hacer para evitar sustos de última hora.
Cuando veas que el tema empieza a enfriarse en el grupo, repite insistentemente las preguntas, acaparando las conversaciones y cortando cualquier tema interesante que pueda eclipsar al tema del caldo.
Tres días antes, mete en el horno algún que otro vídeo de Youtube en el que expliquen cómo hacer caldo gallego, evitando acentos madrileños y andaluces y centrándote en vídeos mal editados de señoras gallegas con encimeras de granito horrible, perolas grandes (de cocinar, el pecho es algo indiferente) y untos lo más amarillentos posible.
En el segundo día de ver vídeos, a 24 horas de la gran cita, te darás cuenta de que no hay receta igual, entonces, deberás meter a remojo tus dudas enfocadas a personas referentes en la cocina ; Tu abuela Pacucha, tu tía Ana, tu tía Fernanda y tu madre ( has ido descartando en los días previos en tus conversaciones de whatsapps a Blancas, Beatrices, Susanitas…) .
Pon a freír a fuego muuuy lento, durante la víspera, tus nervios y pesadillas de hacer de esos caldos que por un lado va el agua, por el otro lado las habas y por otro los grelos. De paso, antes de desayunar el día anterior, chupa el espinazo para saber si es salado o no, sintiendo el rancio de la carne al vacío, para optar por dejarlo a remojo mientras tu gato se bebe el agüita con sabor a carne cada 2 o 3 horas o bien dejarlo en la nevera un día más.
Antes de dormir, es muy importante que comentes tus miedos en el grupo de tus comensales para evitar falsas esperanzas y organices quien trae el vino, el pan y el embutido por si no sale como esperabas.
Madruga ese mismo día como si fueras a trabajar y entra en colapso por no saber cómo empezar así como a las 9 de la mañana mientras te terminas tu última galleta de chocolate de príncipe de bequelar que viajó junto con tus patatas gallegas de bolsa de cartón.
El siguiente paso a seguir, es clave en la elaboración de la receta, pues en éste instante, los ingredientes se convertirán en utensilios para galleguizar la capital del virreinato de Nueva Granada.
Pongan atención por favor.
Con mucho amor y cuidado, acude a tu agenda de whatpp, filtra “abuelito” y realiza una videollamada a tu abuelo, calculando meticulosamente que coincida con la hora de su siesta habitual, para que se levante de su letargo de jubilado y siente a lado de tu abuela que con entrega y dedicación, desde ése preciso momento, se convertirá en tu guía no solamente culinaria sino tu guía espiritual, vital y de reencarnaciòn en otra vida si fuera necesario por sus conocimientos de cocina tradicional galaicoportuguesa.
A partir de ahora, lo único que tienes que hacer es seguir sus instrucciones e ir haciéndote fotos y videos en cada paso enviándoselos cada media hora, alternando con llamadas de whatsapp cada hora viendo como tus abuelos pasan la tarde en la finca comprobando que todo está en orden y la marea no sube demasiado, sin dejar de dar consejos útiles sobre lo que será tu prueba de fuego en los hornos de tu experiencia de la tierra de Breogán.
Cuando creas que la cosa va cogiendo forma, sube algo a Instagram (esto ya es el toque del Chef) y si te ves fuerte, sin quemarte, pruébalo.
Si te quemas no pasa nada, inténtalo de nuevo soplando un poquito, pero como las papilas gustativas se te habrán atrofiado por la abrasión, no sabrás si el sabor es bueno o malo.
Posiblemente una Patiño te dirá, que en éste punto, en el de las papilas abrasadas, deberás echar un poquito más unto. Una Cubeiro sin embargo te dirà lo contrario, dirá que mejor flojito.
Foto subida a Instagram con el resultado de la receta. |
Yo te recomiendo que hagas lo que te salga de los mismísimos.
Cuando creas que ya está en su punto, déjalo aun media hora más en el fuego mientras te quitas el pijama de Pablo lleno de lamparones y te vas a la ducha.
Recalienta a fuego lento una vez más durante 20 minutos y servir.
Por último, haz un vídeo de agradecimiento con todos tus comensales a los personajes principales (Mi prima Anita y mis abuelos) en los que cada uno exprese su satisfacción por probar un plato tan de la tierra a 7.500 km de distancia.
A las dos horas, con la carne que ha sobrado, yo recomiendo hacer un concurso de croquetas con leche sin lactosa para amenizar la tarde y terminarla todos juntos, en casa de otro preferiblemente para que no huela a frito tu cocina, comiendo croquetas de carne rica made in regalo de Reyes.