Como buena gallega, siempre he pensado que para conocer
algo, hay que hacerlo con el estómago… Si es a alguien, invitarle a comer y si
es un lugar, comer lo de allí.
Me fío de la gente a la que le gusta comer puesto que son
personas que disfrutan de las cosas naturales,
son sensible a los sabores mediante los sentidos y están abiertos a
nuevas experiencias . Considero que la comida une, refuerza y se convierte la
mayoría de las veces, en un acto social
que demuestra muchos sentimientos. Es una “afición o manía” que comparto con
Pablo y creo que cuando vamos a cualquier sitio al sentamos frente a una mesa
con comida nueva a experimentar, nos
unimos más el uno al otro.
Estoy segura de que las mejores decisiones empresariales,
políticas, amorosas o familiares… que han cambiado el curso de la historia, se
han hecho con un plato exquisito recién acabado… Bueno y con un buen vino
español seguro… (porque aquí no hay vino bueno y el que hay es carísimo).
Pues bien, como mi objetivo es conocer todo sobre Colombia,
que mejor que comer lo de aquí.
Intento comer en sitios típicos todos los días y cuando me
ofrecen algo nuevo, lo elijo sin dudar.
![]() |
Corrientazo de lujo |
La comida colombiana, no es para tirar cohetes, y como la de
todo Centroamérica, siempre está acompañada de arroz y frijoles. Si pides sopita, la acompañan con arroz y
frijoles, si te da por probar el plátano frito va con arroz frijoles y
aguacate… Todas las cartas tienen un arrocito y unos frijoles por alguna parte,
hasta el WOK de la esquina de la calle de debajo de la oficina, tiene arroz con
aguacate y ensalada de frijoles.
Todos los menús del día (Aquí llamados “corrientazos”)
llevan más o menos lo mismo: Una sopa de algo con casquería (sopa de lentejas,
sopa de arroz, sopa de frijoles, de papas con carne…ajiaco que es sopa de maíz
papas y pollo, mondongo que lleva orella y rabo...) y un plato fuerte
acompañado de arroz con aguacate y/o frijoles. Se puede comer en restaurantes
caseros donde hay una gran pota a la vista del cliente donde se cocina la sopa
y demás y los vasos suelen ser de
plástico, o puedes optar por el corrientazo bueno bueno, que es el que te venden los puestos ambulantes,
que se multiplican como chinches por las aceras de doce a dos de la tarde. Lo sirven hombres, lo cocinan sus esposas en
casa.
Y es bueno no por la
calidad, sino por “la experiencia”. Te lo ofrecen, con muchísima alegría
mientras te dicen “A la orden señora”. Lo hacen con rapidez , pero con
elegancia, sin que se derrame nada, sonriendo y moviéndose de un lado a otro
calculando raciones y disfrutando con el momento de poder dar de comer a
alguien. Es baratísimo (un euro y medio o dos)
y se come con tenerdor de plástico y en tupper de poliespan en cualquier
lado. No suelo comerlo por los efectos secundarios (es fuertote) , pero es toda
una experiencia maravillosa… Bajo una
sombrilla de colorines, un carro de la compra con tres cajas de poliespan, la
primera llena de sopa del día y luego en
las otras dos cajas el segundo a elegir: Carne o pollo.
Y digo yo….¿El pollo no es carne? Pues no… El pollo es pollo
y la carne es ternera. Ni se te ocurra decir carne de pollo, ni ternerita, ni
nada por el estilo. Carne o pollo… Total que está que te cagas…
Intento cenar casa pero a medio día es casi imposible
escaparme , aunque cuando puedo, subo a comer al apartahotel algo sanote.
El primer día que llegué , dejé mis cosas en el hotel y me
fui al supermercado más cercano, EL CARULLA.
El Carulla se ha convertido en mi gran aliado, no solo por
los productos que ofrece sino porque es una fuente de historias para contaros…
Allí se habla de mises, del tráfico, de recetas…
Los colombianos cuando no van andando por la calle (es
decir, cuando se sienten seguros) hablan contigo muchísimo, te cuentan, te
bendicen con asiduidad, te preguntan, te aconsejan y lo mejor de todo es que lo
hacen con interés y luego se acuerdan de ti…. así que de los pasillos del
Carulla, sacas ideas de todas las empleadas y señoras para probar productos
nuevos y truquitos de cocina autóctonos.
Total, que tras un mes ya en este país , puedo contaros esta
anécdota…Lo he superado...
El primer día como os contaba, fui al Carulla, compré cosas
básicas (leche, arroz, neskuick, cocacolas, pan bimbo…) y cuando llegué a la
zona de frutas y verduras… ¡¡ALUCINÉ!! ¡Qué verdes! ¡Qué amarillos, rojos y
rosas más bonitos! Frutas rarísimas que en la vida había visto. Frutas con
nombre de primo pequeño “Lulo” (a mi primo de Ourense le llamamos así) plátanos
de todos los colores y tamaños , mangos dulces y salados… ¡¡De todo!!
Y allí, en el fondo.... allí estaba ese montón tan bonito,
el montón de “Pitayas” .
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuNq4W5YZA78_PP4nVw5xrAJFAVhycoH8XcZRd9UJoXqoRHEs76CF2C6pttJQ05YjYl2wj95kXs5W8cXjKsf-3QZnshkGcGf7aJ8aEEnE0ucw0Q3Jwxo83q5BDuZnbYxS5jeTdyWX1kTAA/s1600/pitaya.jpg)
La siguiente semana, vino el coordinador de Internacional de
mi empresa, hicimos mil reuniones, de un lado para otro, conocí a un montón de
gente, contactos, estresses…
El tercer día con éste señor aquí, antes de la reunión con
el abogado para trazar la estrategia a seguir, me dio tiempo a ir a comer a
casa. Jugaba el Madrid y el Atlético en Copa del Rey así que aproveché. Comí
ensaladita y de postre pitalla. Por dentro no es tan bonita, era blanca
grisácea con muchas pepitas negras, pero estaba buena. Me lavé los dientes y
fui a la ofi donde me esperaban la Jefa de EFE Colombia, el Coordinador de
Internacional de Secuoya, el Director del despacho de abogados, la secretaria
de administración y mi compañero Elkin.
Pasaron 15 minutos de reunión y empezó la acción…
Primero, mientras comentábamos lo difícil que sería montar
una empresa SAS adaptada a la normativa contable internacional, noté como si mi
tripa comenzara a centrifugar, de eso que notas líquido gástrico bailando
reguetón o merengue en tu estómago..., Posteriormente, cuando le comentaba al
abogado el tipo de actividad que se realizaba en España contándo con autónomos
y contratos de colaboración, nacieron las
ganas de ir al baño.
Se fueron incrementando a medida que explicaba los tipos de
colaboración y procesos de administración que debíamos hacer a la hora de pedir
servicios…
Los sudores fríos llegaron cuando el abogado respondía que
no podríamos hacer cesiones de equipos dada la complejidad legal de la
propiedad en Colombia…yo asentía con la cabeza pero no podía concentrarme en
nada... No se qué coño dijo...
Y cuando le tocó el turno a mi jefazo para hablar de la
parte financiera… llegó el ruido…truenos estomacales que eran imposibles de
disimular… Educadamente tuve que pedir disculpas e ir al baño… Lo hice
despacio, para disimular pero mi cabeza solo me decía "corre corre correeeee"....
Solo diré que la pitaya es ¡¡MORTAL!! Que no he visto algo
así en mi vida, fulminante, desintegración total… casi me cuelo por el
retrete…FATAL…
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtQOSW3rp-O2F8MS2v9c-c4xJERQicAUGZr1evAH0fePJ_M4LN5WnuhuNXPY7rrJra90j7N0LfFtwpYFcTTMZt0J53ceQEuNV0YunIarkTcHB8JiLhGtVE40acfJIx67EBmnAc6QcsoFfK/s1600/pitayaaa.jpg)
Semanas más tarde, le comenté a mi compañero qué cosas había
probado ya de la comida colombiana y cuando salió la pitaya, puso cara de susto
y me dijo: ¿Mordiste las pepitas?.
Si, mordí las pepitas.
Las pepitas de la pitaya son laxante asegurado. Lo tomaban
los chamanes para purgarse de malas energías y se le daba a las embarazadas
cuando tenían verdaderos problemas para ir al baño…
En fin… Si la pitaya no ha podido conmigo… no hay comida que
se me resista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario