La semana pasada estuve en Bogotá todos los días, desde que
llegué de Tatacoa hasta hoy he sido “juiciosa” y me he quedado en hotelito...
Ya era hora de descansar y poder disfrutar de las cosas de
la ciudad que me alberga también los fines de semana.
Así que para no perder la costumbre de planes que nos hagan
encontrarnos aún más con colombianadas auténticas, mi grupito de españoles y yo
decidimos ir al fútbol .
El fútbol en Colombia forma parte de la cultura general,
pero no como en España, sino de una manera especial…
El colombiano medio tiene 3 equipos a los que seguir, el
primero en la Liga colombiana, el segundo en la Liga española y el tercero en
la Liga inglesa o la italiana dependiendo de sus gustos futbolísticos, (y no
siempre en ese orden, algunos son más del Barça o del Madrid que de su propio
equipo nacional…).
Pero eso sí, todos y digo todos, son de la “Selección
Colombia” a muerte…
Los hombres conocen a la perfección alineaciones, lesiones,
chascarrillos y posibles movimientos de Real Madrid y Barça.
La nuestra, la toman como su propia Liga, la siguen, la sufren, le
dedican horas de estudio y ponen Carrusel Deportivo en los taxis a todo trapo (El
GRUPO PRISA compró Radio Caracol e impuso la misma programación que la Ser en
Caracol así que los taxis escuchan La
Ventana, carrusel pero en Versión Colombiana…) eso sí, en vez de por la tarde
noche, viven los partidos a medio día que es cuando el cambio horario lo
permite…
Así que cuando comentas que vives en Madrid a unos 500
metros del Bernabeu… te toman como experta en la materia y te hacen preguntas
como ¿Crees que Ancelotti ha cometido tantos errores como para que Florentino
no cuente con él la próxima temporada?
Y claro, a mí el fútbol me encanta, me divierte verlo,
celebrarlo, estudié periodismo, pero de ahí a dar una respuesta formada sobre
el tema… pues no… así que suelo salir con la de… pues mire usted… Errores cometemos todos ¿No? El fútbol es así, cruel
ya sabes… El Madrid no ganó títulos y eso pesa… El equipo no está muy contento,
es un equipo de títulos… Cuando lo que me apetecería decir sería: A mí la
ceja de Ancelotti me hace mucha gracia oye, y si viene Benítez pues también
bien…¿No?
Su liga colombiana es otro rollo… son conscientes de que la
calidad de juego es muchísimo menor y que los equipos, aunque ya están
“limpios”, no son las grandes instituciones que son los equipos en nuestro
país. (si ellos supieran…)
Durante los años ochenta, el fútbol colombiano, fue víctima
de una narcotificación que a mí me impresiona muchísimo…
Los grandes narcos decidieron comprar a los equipos de fútbol de
sus áreas de control, para blanquear
dinero, divertirse con ellos y para (atención) , acercarse a los habitantes de sus zonas haciéndoles
ver que estaban de su lado…
Podría decirse (en otras palabras) que lo que los narcos
intentaban era “pan y circo” para sus secuaces y lo hacían de una manera
transparente, impune, descarada…
El América de Cali, era de Miguel Rodriguez y años después de los
hermanos Rodriguez Orejuela , líderes del Cartel de Cali que no le bastó con
el América y le metieron mano al SantaFe de Bogotá durante muchos años… por otro
lado, el Millonarios (también de la
ciudad de Bogotá) era de Rodriguez Gacha “El Mejicano” y el Nacional de
Medellín de Pablo Escobar…
Durante esa década, el fútbol colombiano fue el mejor de su historia, pero pasaron cosas escalofriantes…
Árbitros
asesinados, extorsionados, jugadores “desaparecidos” tras malos resultados…amaños
de partidos...
Bastaba que el narco de turno le enseñara un fajo de dólares al
árbitro desde las gradas, para que cambiara el resultado… La cultura del miedo y la violencia se
metió el vestuario, era un reflejo de lo que pasaba en las calles…
Una pasada, y claro, esa violencia y odio se llevó hasta las
gradas donde continúa aun tres décadas después de los tiempos de los grandes cárteles de la droga..
.
Los hinchas se odian a muerte, se amenazan, se matan, se exigen entre ellos
acudir a las gradas y si no lo hacen, son agredidos por sus propios compañeros… violencia
por violencia….ir a un derbi es algo verdaderamente peligroso…
Así que como nosotros , no queríamos correr riesgos
innecesarios, decidimos ir a un partido de la Copa Libertadores (la Champions
Latinoamericana) en la que el partido rival era Brasileño y el riesgo era mucho
menor…
Nos informamos de áreas del estadio seguras, lejos de los
ultras , preguntamos comparamos...y el lunes, Jorge y Jonan , se encargaron de comprar 13 localidades en
Oriental Norte del Estadio del Campín para ver los Cuartos de Final de la Copa
Libertadores entre el Santa Fe de Bogotá y el Internacional de Porto Alegre
(Brasil) .
Con el fin de enterarme de todo y de crear buen rollo en la
oficina, invité a una de las tres personas que conforman el “booking” de mi
Proyecto, Rafa.
Rafa tiene mi edad y
trabajó en WIN SPORTS como auxiliar de producción de campo (el ayuda al
que manda a las cámaras cuando se retransmite) . Win es el canal que
retransmite todos los partidos, así que con esta invitación, me aseguraba conocimiento técnico y futbolístico, guía y guarda durante el acontecimiento
deportivo.
La mañana del miércoles (día del partido), hablando con los
compañeros, a su cuarta hora del café, mi hora de la cocacola ligth, Rafa me
advirtió que no podía llevar cinturón, ni botellas, ni mecheros, ni monedas, ni
ir de azul (color del Millonarios) para evitar problemas…
Como comprenderéis, al conocer todas esa prohibiciones, me
acojoné… Escribí al grupo de españoles para prevenirles y todos comentaron lo
extraño de las indicaciones pero hicieron caso, acordamos quedar en la puerta
más cercana a la entrada 18 a las 19.00.
Así que a las 18.30 salí de casa sin cinturón, sin bolso,
sin documentación, sin tarjeta de crédito, sin cámara de fotos, sin móvil… es
decir, que salí de casa casi desnuda (porque no llevar teléfono es ir desnudo
aquí y en la China Popular…)
En recepción del Hotel, me dijeron que tuviera cuidado y me
dieron una tarjeta por si pasaba algo poder llamarles. Me despedí con la mano
mientras me miraban por la ventana con preocupación… (esto también me acojonó…)
Tuvimos que quedar como antiguamente, en lugares y horas
exactas, que por nada del mundo podían ser cambiadas porque no teníamos
teléfonos… Sorprendentemente le grupito de mi barrio llegamos pronto todos y a
las 18.50 estábamos en la puerta del Estadio…
¡¡Sorpresa! al llegar al Estadio, la puerta 18 estaba igual de
lejos del acceso Oriental que el Occidental…
Gracias al Divino Niño, o que tengo una amiga muy despistada, Leire llevaba teléfono y mi compañero Rafa (que
dominaba la situación) también.
Así que cada uno se puso en una puerta y poco a
poco recolectaron a los 11 españoles que junto a ellos hacían el único grupo
europeo del estadio.
Pasamos un primer control policial, revisaron bolsos,
bolsillos, carteras, sujetadores, calzoncillos, zapatillas... lo pasamos… llegamos
al segundo control, revisaron bolsos, bolsillos, carteras, sujetadores,
calzoncillos, zapatillas... en éste a mi amiga Patri le quitaron el tabaco… (No
sé en qué lista de armas peligrosas están los cigarrillos, pero a mi ,que no
soy fumadora ,me vino muy bien porque solo fumó un cigarro en todo el partido
que llevaba perdido en el fondo del bolso).
Llegamos a 10 metros del Estadio y último control, mujeres
por un lado y hombres por otro , como en los controles anteriores, y revisaron bolsos, bolsillos, carteras,
sujetadores, calzoncillos, zapatillas…
Por fin, llegamos al Estadio Municipal del Campín (todos los
estadios Colombianos , menos el del América de Cali que lo compró el Cartel de
Cali , son Municipales y los gestiona el Ayuntamiento) subimos a nuestra zona y
cual fue nuestra sorpresa que cuando fuimos a nuestros asientos estaban
ocupados…
A mí me entró el canguele, pensé que tendríamos que
convencer a aficionados violentos y luchar por nuestros sitios…
Me vinieron a
la cabeza bengalas, cabezas rapadas…qué se yo… pero lo último que quería era
mal rollo dentro de un entorno tan futbolero…
Rafa nos calmó y nos comentó que solo los abonados, tienen
derecho a sentarse en su asiento, que los demás tenían que ir ocupando huecos y
rezar porque no viniera un aficionado y le levantara de su silla…
Nos pusimos en una buena zona, y poco a poco vimos como
nuestra piña de españoles se iba dividiendo…
Fer y su hermano tuvieron que
bajarse 4 filas, Victor y Jon 5 asientos a la derecha, Mónica y Ale 4 para
allá…Todo el mundo muy educado, te enseñaba su carnet y tú tenías que
levantarte y buscar huequitos…
Lo peor de todo es que como buenos colombianos
llegan tarde a todas partes y hasta los 15 minutos de partido no encontramos
sitio definitivo…
Una vez empezó el partido ahí todo era hermanamiento. (no
sin antes cantar el himno de Colombia a voz en grito)
Todos éramos del Santa Fe y todos sufríamos con las jugadas…
¿Dónde estaba la peligrosidad?
¿Por qué nos habían metido
tanto miedo?
¿Las peleas?
¿Los atracos?
¿A qué venía tanta cordialidad?
El ambiente era insuperable, me recordó mucho al Calderón
pero sin niños (ni un niño en la grada) por el camaderismo, la gente sin parar
de cantar, saltar, gritar… Nos levantamos y sentamos al menos 35 veces, cada
vez que había peligro, y nos volvíamos a sentar cuando el balón estaba en medio
del campo….
Al oir nuestro acento todos los hinchas del Santa Fe nos
dieron bola, nos comentaban cualidades, historias de sus jugadores… Y cuando se
enteraron de que no éramos Argentinos ni Chilenos (nos confunden mucho) Ya
dieron por hecho que éramos verdaderos expertos en la materia…(qué manía...)
Nos contaron, por ejemplo, que al estar Bogotá a 2500 metros
de altura, lo que hacen los equipos es jugar a cansar al rival, a tocar bola
(lo que en España se conoce como tiki taka) y que los buenos partidos se ven a
nivel del mar…
Sufrimos, sufrimos mucho porque además de malos (maliiisimos)
, tenían muy mala suerte… venga para arriba venga para abajo… Os juro que he
visto más nivel futbolístico en partidos de la Leal Villa de El Escorial…
Hasta que en el minuto 92 no marcó el Santa Fe, solo se oían
3 insultos… (Son los 3 únicos insultos que utiliza el colombiano) Hihoeputa,
marica y gonorrea. Todos eran hihoeputa…el árbitro, el “arquero”, el delantero,
el negro hihoeputa, el brasileiro hihoeputa… Era fácil seguir el ritmo,
gritabas hihoeputa, llamabas marica a alguien y estabas dentrísimo…
Y cuando marcó el Santa Fe…
¡Qué momentazo! Creo que me
sentí como debe sentirse mi tía Nieves
en el momento que se da la paz en misa y se forman colas para darle un
beso a ella… Fue una locura…
El estadio vibraba, los hinchas de las barras (los ultras,
traduciendo al Español) se abalanzaban hacia las primeras filas apiñándose en
la primera y se veía como una marea
desde lejos, volaron papeles, sonaron vuvuzelas, me abracé con cientos de hinchas (que querían
celebrarlo con los nuevos fans del Santa Fe), nos gritamos, apretamos los puños
con tensión… un momento de esos de alegría y pasión que nunca había vivido en
un estadio…
Salimos encantados, riéndonos de nuestros miedos pero con la
tensión del “puede pasar”…
Nos gustó tanto la experiencia, que el domingo decidimos irnos
a los mercadillos del centro a comprarnos todos la camiseta de la Selección
Colombia (falsa, por supuesto) para estar preparados para la Copa América que
empieza en 4 semanas y dicen que será la bomba…
Declaran ley seca los días de partidos y dejan no ir a
trabajar para poder ver el partido… Será la repera… yo con suerte, estaré en
España muriéndome de envidia pero feliz por estar allí…
PD: Os recomiendo el documental Los Dos Escobar. Habla del asesinato
del jugador de la Selección Colombia Andrés Escobar por manos de los PEPES
(Narcos de Medellín enemigos de Pablo Escobar), del fútbol y el narco…