martes, 24 de febrero de 2015

Quiero ser paisa

Si tuviera que ser colombiana, y pudiera elegir de donde… 
Lo tengo claro, querría ser Paisa.

Los paisas ( significa paisano, gente de montaña) son los habitantes de Antioquia y Eje Cafetero. Ambos Departamentos están en plenos Andes, son territorios que durante muchísimos siglos han estado ligeramente aislados de todo , han tenido que subsistir sin demasiado apoyo del resto del país, lo que ha hecho de sus habitantes gente especial.

Paisa estirando en la ciclovia
Los paisas son unos currantes, son súper alegres, serviciales, familiares, les encanta comer y cocinan de vicio, son muy religiosos, trabajadores y muy muy muy eficientes. El paisa está forrado pero porque el tío se lo curra y su objetivo principal siempre es el negocio.

Además de todo esto, las mujeres paisas (y sobre todo las de Medellín) son las más guapas de todo Colombia, más que Barranquilla porque son más finas y dulces, aunque es verdad, que son las más operadas de todas. Tienen dinero y valoran la belleza más de lo normal, así que quien no tiene un pecho nuevo, tiene un culete levantado, o una línea del ojo tatuada y quien no (algo que me da una envidia horrorosa) tiene las pestañas postizas puestas pelo a pelo.

Pero lo que les hace verdaderamente irresistibles es su dulzura…

La semana pasada en Bogotá, mi compañero y yo cenamos con Ana Legia,  la dueña de “Telecinco” , una empresa de Medellín que tiene el poder en cuanto a medios y satélites en todo el departamento de Antioquia.  Ana Legia estaba en un congreso en la capital y aprovechó para invitarnos a cenar y así ponernos cara… Su empresa,  se llama Telecinco por dos razones, el objeto del negocio y que la montaron los cinco hermanos Jaramillo…

A ella le da risa pensar quien es Telecinco en España, porque Telecinco Medellín es un imperio y porque ellos también llevan casi 30 años al pie del cañón.

Los hermanos Jaramillo, tienen dividido el negocio,  cada uno se dedica a lo suyo, discuten, negocian y crean mil formatos de lunes a viernes, los sábados descansan con sus hijos y esposos y todos los domingos comen en casa de la Señora de Jaramillo (la madre)  un estupendo asado o bien una bandeja paisa (no conozco español que haya podido terminarse una).

Tres de los cinco hermanos son catequistas, todos tienen mucho dinero pero como víctimas del narcotráfico conducen carros Chévrolets y Twingos para no llamar la atención, se quieren, se respetan y no les falta de nada.

Ana Legia nos citó en el Hotel Bacatá 95, donde se hospedaba, hotel de propiedad Española y uno de los mejores hoteles de Bogotá . El restaurante es de cocina Española y el jefe de sala es la primera persona que supe que vivía aquí cuando me dijeron que me venía, Munaiz (un fiestero incombustible). Así que allí nos fuimos a hacer negocios…

Bueno, Ana Legia es una verdadera paisa, es encantadora, a los 20 minutos ya habíamos arreglado el mundo, cerrado tres acuerdos de colaboración,  hablado de la mitad de nuestras vidas, de sus niños, su “muñe” (su marido que le llama muñequito….)  y nos habíamos dado recetas porque le encantaron las croquetas (me dijo que pidiera yo lo típico y tiré por lo rico y bueno…) y quería saber cómo se hacían para decirle a su señora de servicio que se las hiciera a sus pequeños…  (que tienen 20, 18 y 4 años)

Pero para que veáis como son los paisas, le conté que me iba a Medellín ese fin de semana, y coincidió que ella también volvía a casa ese mismo viernes, me propuso mil planes, llevarme a su finca, a los sitios turísticos …yo le expliqué que iba a casa de una española y me tenía que adaptar al ritmo de mi anfitriona, así que me obligó a llamarla al llegar al aeropuerto de Bogotá , para vernos y para que su marido me acercara a la casa donde me hospedaba desde el Aeropuerto de Medellín…

Paisaje desde RioNegro
 No había llegado al aeropuerto de Bogotá y ya tenía llamadas suyas para ver dónde estaba, cenamos, le hablé de mis sobrinos, me habló de su vida, su amor incondicional a su marido, la paz que le daban las convivencias mensuales de su Iglesia, su niña y lo que le gustaban los toros (la feria de Medellín es la repera)… se retrasaron nuestros vuelos una hora y media (ella viajaba en Avianca y yo en el Ryanair colombiano), y no paraba de decirme “Tan liiiinda” . Me contó mil planes para hacer en su ciudad y por supuesto me preguntó de mi empresa un montón para saber por dónde podía sacar más negocio.

Al llegar a su ciudad, allí estaba su “muñe”, se besaron y abrazaron como si llevaran sin verse meses… nos subimos en su coche normal y me dejó con mi amiga española, no sin antes darme el teléfono de su marido, el suyo y me explicó donde vivía por si necesitaba algo…

Ellos son así.

En cierto modo, los paisas son como vascos pero en guapos, abiertos y alegres… El 15% de los Medellinenses tienen apellido vasco (Arrieta, Arriaga,Echeberri, Zuloaga son super típicos…) y el 25% de los grandes empresarios locales se apellidan a lo vasco... Algo les vendrá en los genes currantes… Dicen “aita pues”, hay un colegio buenísimo que es el colegio “Euskadi” y el Gobierno Vasco tiene su propio representante en la ciudad (le conocí de copas, Andoni se llama, casado con una paisa despampanante…)

Desde siempre, ha existido un vínculo entre ellos y los vascos, tienen una historia que se parece bastante; aislados geográficamente, curran en la minería o ganadería, les flipa comer y tienen a la Iglesia de su lado… (también hay OPUS…)
La primera oleada de vascos fue en el XVII pero no han parado de venir, irse, intervenir o estar presentes…   Así que hay muchísima empresa vasca en los campos tecnológicos del Poblado, muchísimos currantes de Euskadi y justo esta semana una delegación del Gobierno Vasco estaba visitando la ciudad (fui a la fiesta vasca el viernes cuando llegué)…
Un ejemplo de su influencia es por ejempo , el Metro que se proyectó en el 84 (cuando los concursos eran aún más a dedo que ahora , incluso) , lo hicieron Siemens y Entrecanales y Tavora que es una constructora vasca que ha absorbido ACCIONA… pero vamos… ya les gustaría a los vascos molar tanto como los paisas…

Pero además de lo curioso de su gente, Medellín es una ciudad mágica… Le llaman la ciudad de la eterna primavera puesto que la temperatura siempre ronda los 22-27 grados.
Los de Medellín son los ricos del país, su industria minera, agricultura y ganadería les ha dado la base, y desde 1993 cuando Pablo Escobar dejó a Medellín en paz, la capital del mundo paisa se ha convertido en referente en industria y tecnología.

Es la única ciudad de Colombia que tiene Metro, los medellinenses lo cuidan, se sienten orgullosos de él, fardan cada dos por tres y lo utilizan muchísimo. Por la megafonía se escuchan frases tan “cívicas” como: “Póngase la mano al estornudar, prevenir es salud” o “ Recuerde que hablar demasiado alto puede molestar a los demás viajeros”… Es estupendo, está súper limpio y va por el exterior de tal manera que puedes verlo todo desde las ventanas.

Lo primero y lo que más me impactaba antes de llegar es la historia de la ciudad y de su paisa más “ilustre”,  Pablo Escobar… (Si lo piensas en frío él era el prototipo de Paisa… un hombre que aunque putero, amaba a su familia, a su gente, a su ciudad , e hizo negocio desde Antioquia para el mundo entero. Pero se le fue la mano y mucho… )

Todos los paisas tienen una fea historia que contar causada por Pablo, no hablan tranquilos del tema, tampoco he creído que fuera bueno preguntar… Pero he leído que a pesar de los pesares los pobres de Medellín, aun le tiene cariño y respeto por todo lo que hizo por ellos allí… Está bastante presente pero sin estarlo…

Medellín city bajo mis pies
Hay dos Medellines diferenciados, “El Poblado” que es donde viven los ricos, los españoles y Ana Legia y el Medellín de toda la vida que es donde las naves industriales se alternan con casas de ladrillos y techos de uralita por las colinas creando calles sin orden ni concierto llenas de droga, violencia y pobreza…(aunque no esté Pablo, sigue habiendo droga y extorsión) Yo lógicamente solo he conocido de verdad el Poblado... con sus edificios de cristal, sus chicas corriendo por el carril bici, sus hombres morenos y musculosos en patines, sus discotecas seguras y divertidas….


Poco a poco la ciudad dicen que está cambiando, y sinceramente, si en 20 años han hecho lo que han hecho… Estoy segura que en 5 años escucharemos maravillas de Medellín como ejemplo de ciudad desarrollada y cívica. A mí me ha dejado impresionada y enamorada de su progreso y su gente.

lunes, 16 de febrero de 2015

El carnaval de Barranquilla y las marimondas....

Cuando  Elena me regaló por el amigo invisible del curro la guía de Colombia estas navidades, lo que más ilusión me hizo, además del detallazo, fue descubrir que de los 7 imprescindibles de Colombia estaba un lugar en una fecha especial: Carnaval de Barranquilla…
Fue en ese momento en el que mi tristeza por perderme lo mejor del año en la mejor tierra del planeta tierra se convirtió en espinita pequeña y la misión de ir al Carnaval de Barranquilla un objetivo vital a cumplir.

Así que desde que llegué a éste país hice lo posible por poder ir allí. No quería ir sola así que tenía que buscar “parche” (que significa planete con gente) como fuera. 

Un día en el gimnasio conocí a dos chicas españolas, y ese mismo domingo me fui con su grupete a conocer el centro. A los 10 minutos de estar con su pandilla me comentaron que se iban a Barranquilla al carnaval, a los 12 minutos me apunté y esa misma noche sin conocerles de nada cogí billete en su vuelo, llamé a su hotel para que me pusieran cama supletoria y el viernes pasado a las 13.15 volé con el ryanair colombiano “VivaColombia” rumbo a la capital caribeña del Carnaval junto a otros 14 españoles más (becarios del ICEX, becarios del Gobierno Vasco,  trabajadores de Cooperación con la UE, financieros de Prosegur…de todo!) rumbo a Barranquilla… En el avión ya había fiesta, cerveza águila invitó a todos a beber, a bailar y repartió bubucelas y camisetas a todo el mundo, alucinábamos…si era así en el avión…como debía de ser el desfile…

De las 300 comparsas que hay en Barranquilla, la mitad tienen Facebook y de esas solo un chico, Giovani, nos contestó cuando buscamos comparsa para disfrazarnos con ellos.
Giovani tendrá unos 16 o 17 años y forma  parte de la comparsa del Barrio de Abajo y por 60.000 pesos nos daba un disfraz y nos contactaba con el que manda en su comparsa para poder pedirle permiso y desfilar en el sábado grande, en el Desfile de Batalla de las Flores junto a su gente… Nosotros solo teníamos que ir al ensayo general del viernes, convencer al lider e intentar seguir el ritmo del desfile.

Pues bien, quedamos a las 18.00 en el centro comercial de Barranquilla con Giovani para que nos diera los trajes y nos llevara a su barrio al ensayo general… Giovani llegó a las 19.30 sin trajes, con cinco niños, sin prisas  y nos metió en el barrio de Abajo…

Bajamos una calle normal, cruzamos una esquina y de repente nos dimos cuenta de que al barrio de Abajo teníamos que ir obligatoriamente con Giovanni, que solos era mejor que no fuéramos…

El barrio de Abajo es un barrio de estrato uno o dos, de casitas bajas, perros en las aceras, puertas y ventanas con rejas y gente en sillas en la puerta hablando de la vida en general… En el barrio de abajo los chicos de 10 a 15 llevan el pelo rapadillo con dibujos tribales o con crestas, los de 20 por lo general ya están casados y llevan a sus bebés en motos de campo junto a su mujer y los de 40 son abuelos.

En el barrio de Abajo la gente se conoce y cuando no eres de allí y vas con alguien de allí tienen el derecho de mirar con descaro y preguntarle a tu “guía” que de donde salen esos gringos…

Pero en el barrio de Abajo, sin sonríes, bailas e interactúas eres uno más.

Tras 15 minutos callejeando llegamos a la casa del “Pavo”. El Pavo es un señor de unos 60 años que es una verdadera institución en el barrio. Es quien decide quien entra y quién sale de la comparsa, su mujer hace las caretas todos los años (van cambiando de color para hacer negocio) y son respetados por todos. El Pavo nos quiso cobrar otros 45.000 pesos porque Giovani no nos había dicho que la careta no entraba… pero tras tres aguardientes y unas palabras serias con uno de los españoles y con Giovani por otro lado,  lo dejamos en 20.000, 10.000 por la careta y 10.000 por la “inscripción”.
Total que la calle en la que vive el Pavo, a las 20.30 se llenó de niños, adolescentes, mamás, viejitos y curiosos porque había que ensayar.

Fue en ese momento cuando me di cuenta de que estaba viviendo un momento único… unas 100 personas, organizadas en 4 filas empezaron sin música a enseñarnos los pasos y a reírse de lo descompasados que somos los españoles… fue alucinante.  El coreógrafo (porque había coreógrafo) se desesperaba nos agarraba e intentaba que levantáramos el brazo correcto, que contoneáramos las caderas como el Dios del Caribe manda… pero no había manera…

Los barranquilleros se mueven de una forma que es imposible seguir, se contonean serpentean, se contraen, se estiran con una sensualidad y ritmo que te dejan con la boca abierta...

A las 21.00 llegó la orquesta que estaba citada a las 20.00 y seguimos ensayando, brazos para un lado, contoneo, tras tris, plas plis…  Todos al mismo ritmo y luego nosotros detrás del todo, dándolo todo o intentándolo…

Os juro que le puse mucho empeño… pero a mi MariaJosé la del Polideportivo de mi pueblo me echó de aerobic porque le saboteaba las clases sin querer, no tengo coordinación, si hay que ir a la izquierda voy a la derecha y si hay que girar hacia un lado… voy hacia el otro… Este fin de semana se ha notado de nuevo que tengo carencias…  

Pero lo más divertido y asombroso del baile de nuestra comparsa, dejando la esperpéntica escena de los españoles, es que hay un momento en el que se improvisa, se abren las filas y salen de dos en dos a bailar…Es ahí donde te das cuenta del arte, la energía, la alegría y la belleza de los caribeños. Es una locura… El vídeo que adjunto es un ejemplo de eso, lo grabamos… Alucinas.

Tras una hora más de ensayo todo el mundo se retiró a sus casas, el Pavo nos dio las caretas (previo pago) y nos vimos en medio del barrio de Abajo sin guía para salir… Suerte que las mamás de Santiago y Constanza (unos niños del barrio de unos 5 y 2 años que casi me muero cuando me dijeron como se llamaban ;) nos pidieron unos taxis mientras nos ofrecían caldo de pollo, nos preguntaban por nosotros, nos servían agua para recuperarnos, nos contaban de ellas, de que bien que mi abuela cosiera, preguntando que si mi sobrino también le gustaba James como a su Santiago…. Total que nos despedimos con abrazos hasta la mañana siguiente que era el desfile.
Quedamos con Giovanni a las 09.30 porque el bus al desfile era a las 11.00 . Giovanni llegó a las 10.50 pero cumplió, todos tuvimos trajes, nuestra chaqueta, pantalón , corbata y camisa (a 30 graditos).

Fuimos en taxi hasta la casa del Pavo a las 12.00 y “sorprendentemente” nos tocó esperar otra hora más a que llegara el bus.

Yo me senté con Daysi, estudiante a profesora, de 20 años que nos hicimos íntimas y decidimos bailar juntas en el desfile.

El desfile de la Batalla de las Flores consta de 300 comparsas. Las 100 primeras patrocinadas, híbridos entre el Carnaval de Río y la cabalgata del Orgullo Gay de Madrid, muchas plumas, brillantes, gringos, chicas de infarto y publicidad de cosas. Las siguientes son las genuinas, las de los barrios, los amigos, la gente de allí….

Hay disfraces tradicionales que, bien en grupo bien solos, se pasean de un lado a otro por en medio del desfile. Están las negritas jojoy que van vestidas como de Minie Mouse (de rojo con lunares, a mi sobrina Inés le encantarían), el torito que enviste a la gente, los descabezados que son como cabezudos pero sin cabeza ya que la llevan en la mano colgando, de caimanes (“se va el caimán se va el caimán… como la canción), de monocucos….

Algunos disfraces se heredan, pasó un señor de unos 50 años, mientras esperábamos a que saliera nuestra carroza que iba a salir a las 13.00 y salió a las 14.30, disfrazado de señora con un vestido fosforito muy apretado. El señor no se hacía la señora, iba muy serio con sus pelos, sus músculos y su bigote… Me contó Daysi que era el primer año que se vestía así ya que su papá (el padre del señor) había fallecido hacia unos meses y él había heredado el personaje….

Y el nuestro que era de “marimondas”.

 Las marimondas del barrio de Abajo. (Hay otras).He leído que el año pasado, en el 170 cumpleaños de las marimondas del barrio de abajo, Santos bailó con ellos…así que he debido bailar con toda una institución del marimondismo….

Las marimondas son una burla de las clases bajas hacia las altas, una crítica a los estirados de alto estrato, los remilgados y los elitistas. Las marimondas llevan traje de chaqueta al revés, con remiendos de colorines, con su corbata y una máscara que puede parecer y no es (o si) la representación de los órganos reproductivos de hombre y mujer (que fina soy coño…)los ojos y la nariz el hombre y la boca la mujer.  El nombre viene de la frase “ oh mon Diex” que decían las señoras francesas cuando veían a los caribeños casi desnudos con tremendos atributos, de ahí las mondie, mondas, marimondas!.

Así que la marimonda es un personaje desinhibido, que hace lo que quiere, que brinca , arrima y abraza  y su baile tiene que representar eso...  

El desfile dura 4 horas a 30 grados, con traje de chaqueta, máscara y poco agua. Es una verdadera matanza…Pero es todo alegría, diversión, gritos, desorden, risas, aguardiente, ron… Grandes y pequeños, con el poco orden que puede exigirse en el caribe… Pasando por palcos divididos por estratos y gentes, saludando a las autoridades, bailando cumbia con espontáneos y brincando hasta que tu cuerpo te lo permita…

Al finalizar el desfile, vuelves al barrio de Abajo, donde las viejitas te dan un bocata y un juguito de fruta… Todos se abrazan por haber aguantado, se felicitan y se comentan la jugada. A la vuelta con el disfraz puesto y sin Giovani volvimos hasta el hotel sin taxi ni nada, ya éramos del barrio. Ya nada nos podía pasar…

Fui feliz… y un año más… el carnaval hizo en mi lo que todos los años hace… poner el reloj a cero para ir cuenta atrás al siguiente...

lunes, 9 de febrero de 2015

La pitaya y otros placeres culinarios.

Como buena gallega, siempre he pensado que para conocer algo, hay que hacerlo con el estómago… Si es a alguien, invitarle a comer y si es un lugar, comer lo de allí.

Me fío de la gente a la que le gusta comer puesto que son personas que disfrutan de las cosas naturales,  son sensible a los sabores mediante los sentidos y están abiertos a nuevas experiencias . Considero que la comida une, refuerza y se convierte la mayoría de las veces,  en un acto social que demuestra muchos sentimientos. Es una “afición o manía” que comparto con Pablo y creo que cuando vamos a cualquier sitio al sentamos frente a una mesa con comida nueva a experimentar,  nos unimos más el uno al otro.

Estoy segura de que las mejores decisiones empresariales, políticas, amorosas o familiares… que han cambiado el curso de la historia, se han hecho con un plato exquisito recién acabado… Bueno y con un buen vino español seguro… (porque aquí no hay vino bueno y el que hay es carísimo).

Pues bien, como mi objetivo es conocer todo sobre Colombia, que mejor que comer lo de aquí.

Intento comer en sitios típicos todos los días y cuando me ofrecen algo nuevo, lo elijo sin dudar.

Corrientazo de lujo
La comida colombiana, no es para tirar cohetes, y como la de todo Centroamérica, siempre está acompañada de arroz y frijoles.  Si pides sopita, la acompañan con arroz y frijoles, si te da por probar el plátano frito va con arroz frijoles y aguacate… Todas las cartas tienen un arrocito y unos frijoles por alguna parte, hasta el WOK de la esquina de la calle de debajo de la oficina, tiene arroz con aguacate y ensalada de frijoles. 

Todos los menús del día (Aquí llamados “corrientazos”) llevan más o menos lo mismo: Una sopa de algo con casquería (sopa de lentejas, sopa de arroz, sopa de frijoles, de papas con carne…ajiaco que es sopa de maíz papas y pollo, mondongo que lleva orella y rabo...) y un plato fuerte acompañado de arroz con aguacate y/o frijoles. Se puede comer en restaurantes caseros donde hay una gran pota a la vista del cliente donde se cocina la sopa y demás  y los vasos suelen ser de plástico, o puedes optar por el corrientazo bueno bueno, que  es el que te venden los puestos ambulantes, que se multiplican como chinches por las aceras de doce a dos de la tarde.  Lo sirven hombres, lo cocinan sus esposas en casa.

Y es bueno no  por la calidad, sino por “la experiencia”. Te lo ofrecen, con muchísima alegría mientras te dicen “A la orden señora”. Lo hacen con rapidez , pero con elegancia, sin que se derrame nada, sonriendo y moviéndose de un lado a otro calculando raciones y disfrutando con el momento de poder dar de comer a alguien. Es baratísimo (un euro y medio o dos)  y se come con tenerdor de plástico y en tupper de poliespan en cualquier lado. No suelo comerlo por los efectos secundarios (es fuertote) , pero es toda una experiencia maravillosa…  Bajo una sombrilla de colorines, un carro de la compra con tres cajas de poliespan, la primera  llena de sopa del día y luego en las otras dos cajas el segundo a elegir: Carne o pollo.

Y digo yo….¿El pollo no es carne? Pues no… El pollo es pollo y la carne es ternera. Ni se te ocurra decir carne de pollo, ni ternerita, ni nada por el estilo. Carne o pollo… Total que está que te cagas…

Intento cenar casa pero a medio día es casi imposible escaparme , aunque cuando puedo, subo a comer al apartahotel algo sanote.

El primer día que llegué , dejé mis cosas en el hotel y me fui al supermercado más cercano, EL CARULLA.
El Carulla se ha convertido en mi gran aliado, no solo por los productos que ofrece sino porque es una fuente de historias para contaros… Allí se habla de mises, del tráfico, de recetas…

Los colombianos cuando no van andando por la calle (es decir, cuando se sienten seguros) hablan contigo muchísimo, te cuentan, te bendicen con asiduidad, te preguntan, te aconsejan y lo mejor de todo es que lo hacen con interés y luego se acuerdan de ti…. así que de los pasillos del Carulla, sacas ideas de todas las empleadas y señoras para probar productos nuevos y truquitos de cocina autóctonos.

Total, que tras un mes ya en este país , puedo contaros esta anécdota…Lo he superado...

El primer día como os contaba, fui al Carulla, compré cosas básicas (leche, arroz, neskuick, cocacolas, pan bimbo…) y cuando llegué a la zona de frutas y verduras… ¡¡ALUCINÉ!! ¡Qué verdes! ¡Qué amarillos, rojos y rosas más bonitos! Frutas rarísimas que en la vida había visto. Frutas con nombre de primo pequeño “Lulo” (a mi primo de Ourense le llamamos así) plátanos de todos los colores y tamaños , mangos dulces y salados… ¡¡De todo!!
Y allí, en el fondo.... allí estaba ese montón tan bonito, el montón de “Pitayas” .

La Pitaya es una fruta amarilla o rosa como con forma de flor carnívora del supermario bros que te dice “cómeme” desde lejos, tuve que comprar una, claramente.

La siguiente semana, vino el coordinador de Internacional de mi empresa, hicimos mil reuniones, de un lado para otro, conocí a un montón de gente, contactos, estresses…

El tercer día con éste señor aquí, antes de la reunión con el abogado para trazar la estrategia a seguir, me dio tiempo a ir a comer a casa. Jugaba el Madrid y el Atlético en Copa del Rey así que aproveché. Comí ensaladita y de postre pitalla. Por dentro no es tan bonita, era blanca grisácea con muchas pepitas negras, pero estaba buena. Me lavé los dientes y fui a la ofi donde me esperaban la Jefa de EFE Colombia, el Coordinador de Internacional de Secuoya, el Director del despacho de abogados, la secretaria de administración y mi compañero Elkin.

Pasaron 15 minutos de reunión y empezó la acción…

Primero, mientras comentábamos lo difícil que sería montar una empresa SAS adaptada a la normativa contable internacional, noté como si mi tripa comenzara a centrifugar, de eso que notas líquido gástrico bailando reguetón o merengue en tu estómago..., Posteriormente, cuando le comentaba al abogado el tipo de actividad que se realizaba en España contándo con autónomos y contratos de colaboración, nacieron las  ganas de ir al baño.
Se fueron incrementando a medida que explicaba los tipos de colaboración y procesos de administración que debíamos hacer a la hora de pedir servicios…
Los sudores fríos llegaron cuando el abogado respondía que no podríamos hacer cesiones de equipos dada la complejidad legal de la propiedad en Colombia…yo asentía con la cabeza pero no podía concentrarme en nada... No se qué coño dijo...
Y cuando le tocó el turno a mi jefazo para hablar de la parte financiera… llegó el ruido…truenos estomacales que eran imposibles de disimular… Educadamente tuve que pedir disculpas e ir al baño… Lo hice despacio, para disimular pero mi cabeza solo me decía "corre corre correeeee"....

Solo diré que la pitaya es ¡¡MORTAL!! Que no he visto algo así en mi vida, fulminante, desintegración total… casi me cuelo por el retrete…FATAL…

Volví a los 10 minutos,  la reunión continuaba… Aguanté de manera digna la hora siguiente apuntando con la mano temblorosa, sin demasiada fuerza, todos los datos que pude… La reunión se cerró quedando para cenar… Casi me muero, cuando mi jefe tuvo la magnífica idea de reforzar el vínculo uniéndonos alrededor de una mesa…Fuimos a un italiano (lo sugerí yo por miedo a que eligieran algo local con sopas de casquería o legumbres, o un mexicano buenísimo que hay cerca del hotel)…nada de jugos de frutas, nada de lactosa… Pizza, al baño y a la cama.

Semanas más tarde, le comenté a mi compañero qué cosas había probado ya de la comida colombiana y cuando salió la pitaya, puso cara de susto y me dijo: ¿Mordiste las pepitas?.

Si, mordí las pepitas.

Las pepitas de la pitaya son laxante asegurado. Lo tomaban los chamanes para purgarse de malas energías y se le daba a las embarazadas cuando tenían verdaderos problemas para ir al baño…

En fin… Si la pitaya no ha podido conmigo… no hay comida que se me resista.

lunes, 2 de febrero de 2015

No hablamos lo mismo ¡Qué pena!

Estoy algo avergonzada… os cuento el porqué…

Desde siempre, me ha encantado poner acentos y hacer que hablaba idiomas, mi madre se reía de mi cuando me escuchaba hablar en argentino, chino e incluso ruso mientras limpiaba los cristales los sábados de zafarrancho de limpieza en aquella casa de la Plaza de los Bolos…


Lo hacía por diversión, me hablaba a mí misma contándome cosas como si fuera una peli… Hasta jugando con mi prima Clara, nos podíamos tirar tardes enteras hablando “oso” (gruñidos de oso y otros sonidos que los osos se suponía que hacían) y nos entendíamos. ¡Era divertido!


El lenguaje es algo que me intriga, aunque sea más “bruta que un arao” hablando, las palabras, su significado, lo que se dice sin decir nada, con las manos, la cara  y los usos del lenguaje me han hecho siempre mucha gracia. Colombia es un paraíso en ese aspecto…


El pueblo colombiano es un ejemplo de corrección,  respeto y enriquecimiento de la lengua española. Tienen palabras para todo, palabras precolombinas que suenan divertidísimo, sustantivos, adjetivos,  utilizan cientos de sinónimos y lo más importante, lo que es inglés es en inglés y lo que es en español en español.
  
Se ríen de nosotros (y con razón) porque dicen que adoptamos palabras que pronunciamos a nuestra manera sin traducirlas. Lo que más gracia les hace es lo del “wifi” (todos habéis leído güifi, como es normal) aquí se pronuncia “guayfair” como lo hacen los americanos. Ellos defienden que hasta que no haya una palabra en español que lo defina, hay que usar la nativa. Se parten con “spiderman” (spaiderman), el grupo U2 (u dos y no “iu tu”)y twitter o linkedin pronunciado a la española…

Son tan puristas que al CV le llaman hoja de vida (¡¡me encanta!!). Así que en ese aspecto nos ven menos que ellos y si hay confianza (y siempre desde el respeto) se ríen… razón no les falta.  Lo único que dicen que sabemos pronunciar es “facebook”. (feisbuc).


Pero además de eso, no dicen ni una sola palabrota… y cuando digo ninguna es NINGUNA.

El mundo en el que trabajo, en España, sobre todo con los cámaras, se habla fatal, se discute, se grita y de cada 5 una media de 2 son palabrotas…es a lu ci nan te… Se habla así, jefes, menos jefes, auxiliares y hasta a los becarios se les anima a hablar así… es otro rollo… se pega y es la jerga…


La empresa se está construyendo por fases, y la semana pasada, tuvimos que explicarle a la nueva comercial en qué consistía el proyecto, por fin no era una abogada, ni un contable ni un director que te llamara “Doctora Patiño”, era alguien del pueblo llano...me relajé…
  
Mi compañero le contó la estructura y a mí me tocó explicarle el funcionamiento, algo que dicho así está claro “Si resulta que te graban una puta mierda de imágenes, que no sale ni el muerto ni nada, tú lo que tienes que hacer es rápidamente, preguntarle al camarógrafo de la manera amigable que qué coño pretendía cuando grabó esa jodida basura. El objetivo es que entienda que aquí mierdas no queremos porque no se venden”. Si, lo dije así (coño arriba, mierda abajo, utilizando el término camarógrafo para que lo viera más cercano ya que en España el que graba es el cámara…) …


…Total que la comercial, del pueblo llano, de Sucre (región del sur), madre soltera, técnico en comercio (que es como un FP en España) se quedó blanca, tragó saliva y sonrió dejando tres eternos segundos de silencio mientras me miraba con los ojos muy abiertos y sonriente… fueron tres segundos como tres siglos en el que todas las enseñanzas de mi madre ( que decía “miércoles” en vez de mierda) pasaron por mi cabeza como una película….

Tres segundos que dolieron como un balazo en el estómago …

Le pedí disculpas por mi lenguaje, no sabía dónde meterme… pero me dijo que no pasaba nada, que los españoles hablamos así y que se había dado cuenta que en EFE se hablaba mucho peor que en la calle…


Os prometo que yo lo intento, desde ese momento intento buscar aun con más consciencia,  sinónimos como de mierda/porquería, de coño/cáspita, de putada / incordio, de cojones… (¿Hay sinónimo para decir cojones que sea fino, educado y que tenga sentido?) el tema es que me esfuerzo y procuro pensar antes de hablar...


No hablamos el mismo idioma, eso está claro, pero basta de auto crítica…
  

¡Ellos también utilizan expresiones que no hay quien entienda!
  
Mi primera compra aquí, fue un cuadernito precioso que llevo siempre en el bolso. En mi libretita de papel reciclado pintada por madres indígenas, apunto cada palabra que aprendo. La escribo junto a su traducción y cuando me aburro, lo abro y las leo para recordarlas.


Gomelo significa pijo , chichipato de mala calidad, zaperoco (pronunciado “saperoco”) lo utilizan siempre para decir que es un lío, un camello es algo que es muy trabajoso… Cuando algo es chimba es genial pero cuando es chimbo es lo peor...Aquí no hay atascos, hay trancones y el órgano genital femenino se dice “cuca”.

Pero lo mejor que he aprendido es la expresión “Paila”. Paila quiere decir que algo no se puede hacer pero que no pasa nada, que lo dejes. Se dice como haciendo con la mano el gesto de dejarlo pasar. Si no has llegado a tiempo y pides disculpas te dirán “paila”, es un “bah no te preocupes” pero en alegre. “Paila” tiene que ver con que el destino no ha querido que ocurriera y que lo tienes que dejar pasar. Mola, una vez pillas el truco, ¡no puedes dejar de usarlo!


Pero lo que más repiten que no soporto… es el “Qué pena”, “Qué pena con usted” ,“Gracias qué pena” , “Qué pena esto” “Qué pena lo otro”…¡Todo les da pena!...

En vez de “disculpa” cuando quieren pasar dicen “Qué pena”.  Cuando te dicen que no a algo te dicen “Qué pena”. ¿Cómo que qué pena, con lo felices que son??? ¡Lo dicen con una sonrisa y tono feliz! Eso no es pena.



Para pedirte un favor te dicen “Qué pena, ¿podrías pasarme eso?” para colarse en el súper (que lo hacen…) te dicen “Qué pena” y se cuelan, para decirte que no queda algo que has pedido en un restaurante en vez de decirte que no tienen te dicen “Qué pena con usted” …


Un desastre, porque impacta, uno en España dice “Qué pena” y se teme lo peor. Que un niño se cae, pues qué pena, que te invitan a cenar a un japonés buenísimo pero tienes que trabajar y no vas, pues qué pena, que mi sobrina pequeña se cae y se hace pupita, pues qué pena…pero para una tontería como que van a pasar y te tienes que apartar un poquito, pues no. ¡NO DA PENA!.




Estoy del ¡“Qué pena con usted” hasta los cojones!